Desde hace mucho tiempo, tenía claro que una de las mejores maneras de conseguir piezas para el coche sería viajar a Francia y buscarlas allí, en su país de origen, donde existirían multitud de R5 en desguaces, almacenes con piezas de antiguo stock, aficionados con recambios...
Cada año que ha ido pasando durante la restauración, era un año que pensaba que había desaprovechado para encontrar esas piezas, y cada año que pasara, sería más difícil encontrarlas. Así que este año me decidí a viajar en verano, proponiéndome ir a todos los desguaces posibles y buscar piezas de aquí para allá, preguntando y localizando sitios de interés.
Pero había un problema: el idioma. Yo me defiendo con el inglés, pero en Francia, y en los los lugares que yo pensaba hablar, lo mejor sería hablar en francés. Y yo no tengo ni idea. Así que tras barajar varias posibilidades, la mejor opción fue que me acompañasen mi hermano Pedro y su amigo Juanma, profesor de francés. Nos pusimos de acuerdo en las fechas y decidimos ir del 21 al 25 de julio.
Tenía pensado alquilar una furgoneta, ya que si encontraba piezas voluminosas interesantes, necesitaba espacio para traérmelas. Pero los precios eran altos y no iba a merecer mucho la pena. La mayoría de piezas que pensaba comprar eran pequeñas, y en mi coche (un Renault Grand Scenic) cabrían bastantes, ya que tiene un maletero voluminoso.
Decidí que lo mejor sería ir al sur de Francia, ya que ir más hacia el norte supondrían demasiadas horas de viaje y yo no tenía claro dónde podría encontrar lo que buscaba. Así que busqué un hotel a las afueras de Toulouse y reservé una habitación para tres personas.
El día 21 Pedro y Juanma fueron hasta mi casa y salimos de allí sobre las 7:45. Atravesamos toda España hasta San Sebastián, entrando a Francia por Irún. Después, aún quedaba un buen trecho hasta llegar a Toulouse. En total, unos 1300 km. Llegamos a las 23:30, después de hacer varias paradas por el camino para ir descansando.
El día 22, lo primero que hicimos fue visitar un desguace que teníamos localizado a las afueras de Toulouse (Euro Automobiles). Fue nuestro primer contacto con los desguaces en Francia, y nos dijeron que no tenían nada, y que tampoco sabían de ningún sitio donde encontrar piezas de R5. Después fuimos a otro desguace (Cazenaves), más grande que el anterior, al oeste de Toulouse. Era más moderno y con mostrador, lo cual no daba muchas esperanzas. Y, en efecto, tampoco tenían nada de R5. Decidimos acercarnos a dos concesionarios Renault que había por la zona. En ambos nos recomendaron algún desguace, pero ellos no tenían ni idea de cómo conseguir piezas.
Después de comer fuimos a Grauhlet (a 60 km), un pueblo donde vivía un hombre que anunciaba piezas para R5 en Leboncoin (el "milanuncios" de Francia). Hacía un calor terrible y en cuanto vi las piezas que tenía expuestas en el porche de su casa, supe que de allí no iba a llevarme nada... Eran piezas sueltas de un modelo TL o GTL en bastante mal estado. Ni siquiera se había molestado en limpiarlas... Antes de irnos de ese pueblo, nos paramos a preguntar en un taller Renault y nos indicaron un desguace a las afueras. Este desguace sí era de los buenos, con mostrador, pero con una campa llena de coches y donde nos dejaron entrar a echar un vistazo.
Lamentablemente, sólo tenían un R5 y estaba en muy mal estado, además de ser primera serie, sin piezas que me interesaran.
Después fuimos a Gaillac, a unos 20 km. Allí había un desguace Careco (una cadena de desguaces) en el que tampoco tenían nada. De allí fuimos a Saint Juery, donde había otro desguace que teníamos anotado, pero que cuando llegamos ya había cerrado (tenían horario de verano y cerraban una hora antes de lo que pensábamos). Habíamos llamado por teléfono, pero no lo cogían y pensábamos que era porque estaban ocupados... Sin embargo, frente al desguace había una tienda de recambios en donde nos indicaron cómo llegar a otro desguace en el mismo pueblo. De hecho, llamaron para preguntar y ¡les dijeron que tenían un R5!
Allí que fuimos y el tipo que nos esperaba nos comentó que el R5 se vendía completo, no por piezas, en unos 800 o 1000€... El R5 en cuestión era un modelo GTL que no estaba en mal estado, pero tampoco en un estado como para pagar 800€ por él...
Además, no tenía nada que me interesase. Alucinó cuando le dijimos que íbamos desde Málaga hasta allí buscando piezas de R5... Le mostré fotos de mi R5 y se sorprendió mucho del trabajo que había hecho. Nos dijo que buscásemos en internet para encontrar desguaces y que preguntásemos en algún foro (nos recomendó un par de ellos).
Y con esto nos volvimos a Toulousse. La verdad es que el primer día había sido muy frustrante. Y lo peor es que tenía la sensación de que no íbamos a lograr mucho más. Nos habían comentado que hace unos años hubo una fiebre por estos coches y los coleccionistas se llevaron todo de los desguaces, así que poco podríamos encontrar. Yo tenía la esperanza de encontrar algo por el boca a boca, hablando con la gente, más que yendo a desguaces o mirando por internet. Pero ni siquiera así habíamos encontrado nada.
Por la noche, estuvimos buscando más desguaces y Juanma puso varios mensajes en foros y contactó por mail con diferentes personas que podrían ayudarnos.
Al día siguiente contactamos con un par de personas que se anunciaban en Leboncoin y vendían piezas de R5. Ambos estaban en puntos cercanos a Nimes, así que allá que fuimos (unos 300 km).
Primero fuimos a ver a Thierry, en Vauvert. Este hombre vivía en una casa en el campo y allí tenía unos cuantos R5. Era como tener un desguace en casa. Estaban en bastante mal estado, aunque uno de ellos lo había estado utilizando hasta hace poco.
Aunque la joya de la corona la tenía guardada en una cochera: un R5 Alpine con asientos de R5 TS primera serie (mis favoritos). Decía que tenía la bomba de gasolina rota o algo así y se notaba que hacía mucho que no lo cogía. Una pena. Personalmente, creo que acabará vendiéndolo.
A pesar de que no había mucho donde rascar, encontré algunas cosas que podrían interesarme y las estuvimos desmontando: tapones de los amortiguadores traseros, rejillas traseras y una luneta térmica. Además, vi que uno de los R5 tenía la rejilla de plástico que va situada en el capó. Intenté sacarla, pero no era fácil. De hecho, Thierry me dijo que no era posible desmontarla sin romper el capó (separando las dos planchas que lo forman). Aun así, me ayudó y acabó cortando el capó para recuperarla... Pero ¿cómo iba yo a montarla en mi coche? Bueno, eso ya se verá.
También había una radio de la época en uno de los coches y le dije que me interesaba. Le pregunté si funcionaba, y me dijo que ni siquiera sabía que estaba esa radio allí... Yo pensaba llevármela y comprobarlo por mí mismo, pero él me dijo que podría probarla y cogió una batería, peló los cables de conexión y se puso a probar... Hasta que aquello empezó a echar humo (provocó un cortocircuito) y dijo que estaba rota... Se la acababa de cargar. Me dió una rabia tremenda, ya que encontrar radios de esa época no es fácil y la rompió por no saber cómo conectarla correctamente. Yo tampoco habría sabido, pero seguro que no habría probado a lo loco como él hizo.
A la hora de pagarle, me llevé una desagradable sorpresa. Me pedía 80€ por todo lo que me llevaba. Lo que tenía más valor era la luneta. El resto, estaba viejo y eran piezas pequeñas. Aun así, cuando le mostré mi desacuerdo, se justificó y no rebajó nada el precio, así que le pagué y cargamos las cosas en el coche. Sin embargo, cuando miré la luneta a la luz del sol, comprobé que la resistencia estaba deteriorada, así que no me la quedé y me devolvió 40€. Aun así, 40€ por cuatro piezas de plástico viejas... No sé, me fui con la sensación de haber sido estafado en cierto modo, aunque es verdad que nos ayudó y estuvo con nosotros más de una hora atendiéndonos.
Después de aquello yo estaba que me arrastraba por el suelo, muy desanimado. Todo aquello me empezaba a parecer una soberana estupidez. Aunque, por otro lado, si no hubiese ido, nunca habría descubierto que realmente no hay piezas de R5 en Francia.
Por la tarde, fuimos a ver a Philippe, un hombre que decía tener piezas de R5. Lo habíamos localizado por Leboncoin y habíamos intentado contactar con él sin suerte, ya que el teléfono siempre estaba apagado. Sin embargo, descubrí otro anuncio en Leboncoin que me pareció similar y en él había otro número de teléfono. De este modo, al fin contactamos con él y fuimos a verle.
Hacía un calor horroroso. Se trataba de un recinto donde había muchas pequeñas naves industriales y en una de ellas estaba Philippe. Cuando entramos, descubrí varios R5 en proceso de restauración completa. Al parecer, se dedicaba a restaurar R5 y ése era su lugar de trabajo.
Como ya había podido intuir por las fotos del anuncio, allí había multitud de piezas de recambio para R5. Si hubiese ido hace tiempo, muchas piezas que he comprado las habría podido conseguir allí, seguramente de mejor calidad e incluso originales. Había cajas por todas partes:
La pieza que más me llamó la atención fue un aislante de capó original y completamente nuevo... Esta pieza es imposible de conseguir hoy en día, y todos los R5 la tienen muy deteriorada si es que aún la conservan. Nos dijo que la tenía reservada para un amigo... La cuestión es que fui preguntando por piezas y él se quedaba pensando, iba a algún rincón y me la traía. Evidentemente, hubo cosas que no tenía, pero la verdad es que conseguí un buen puñado de piezas.
Plafones de luces interiores:
No son el modelo de mi coche, el que tiene todo el cristal con cuadraditos, pero al menos eran muy nuevos. De hecho, tenía varios de los que yo buscaba, pero son tan frágiles que estaban rotos. Y es que ese modelo, por su funcionamiento, es casi imposible que no se rompa, pues tiene unas patillas de plástico que se parten al bascular varias veces el cristal.
Luneta térmica:
Parecía estar en bastante buen estado. Me enseñó dos, pero una de ellas tenía un conector eléctrico diferente al de mi coche, así que me decanté por la que tenía el conector similar para no tener que modificarlo.
Paños de puerta:
No tenía el juego completo y no eran nuevos, pero eran del mismo color que los de mi coche y me podrían venir bien para sustituir alguno mío que estuviese en peor estado.
Tapones de bisagras de portón trasero:
No eran nuevos, no tenían el mismo color... pero podrían pintarse y servir para sustituir los que tengo, ya que al menos no tenían rotas las patillas de sujeción.
Tapón de hueco de antena:
Nuevo, o en bastante buen estado. El mío se quedó muy deteriorado al desmontarlo y éste tenía todas las patillas en perfecto estado.
Antena:
No es que me convenciese mucho, pero me la llevé por si acaso no encuentro otra similar de la época.
Tubos de aireadores de salpicadero:
Se los quitó a un salpicadero color beige en muy buen estado que me quedé con ganas de llevarme, pero como se supone que el mío ha quedado bien, no quise llevármelo (me estoy arrepintiendo).
Parasol:
Nuevo. Sólo tenía el del lado conductor, pero al menos eso que me llevaba. Incluso creo que no es igual que los originales de mi coche, pero merecía la pena llevárselo.
Embellecedor paragolpes trasero:
Esto fue una locura, ya que lo desmontamos de un paragolpes (por no llevármelo completo) y no fue nada fácil. Pero lo logramos y ya veré cómo lo restauro y lo vuelvo a montar...
También me ofreció unos plásticos interiores traseros, pero no me convencieron porque no eran iguales a los míos ni eran nuevos. También le estuve pidiendo otras piezas que llevaba apuntadas, pero no las tenía.
A la hora de pagar, miedo me daba lo que me fuese a pedir, ya que después de ver los precios de Thierry, y tratándose de piezas tan raras de encontrar... Pues el bueno de Philippe me pidió 60€ por todo. Increíble. Estoy seguro de que, aparte de ser buena persona, empatizó con nosotros y comprendió el esfuerzo que estábamos haciendo para hacernos con un puñado de piezas. Pero el remate fue que cuando cargamos las piezas en el maletero, me dijo que me llevase la otra luneta térmica, la que tenía el conector diferente, por si acaso la que me llevaba estaba mal... Impresionante.
Con esto, ya podía dar por amortizado el viaje, aunque seguía teniendo interés en encontrar otras piezas (que a estas alturas daba por imposible) y algo que también merecería la pena: unos asientos de R5 TS de primera generación.
El día 24 decidimos ir hacia la zona contraria de Francia: Burdeos (245 km). Se trataba de buscar desguaces por la zona y, como siempre, preguntar y ver si así localizábamos algo interesante. Esta vez llamábamos a los desguaces antes de ir, para descartarlos si no tenían nada. De todos modos, nunca iba mal presentarse para, de paso, preguntar en persona y poder obtener más información.
Estuvimos en las afueras de Burdeos, en Villenave d'Ornon. Preguntamos en un concesionario Renault y nos indicaron dos desguaces donde preguntar.
El primer desguace estaba en Bouliac, y no tenían nada. El otro estaba cerca, en Tresses, y tampoco tenían nada. Pero muy cerca de éste último, en Yvrac, había un taller que me llamó la atención y paramos a preguntar. El dueño, un señor mayor con aspecto de mecánico de toda la vida (camisa abierta y puro en la boca), nos atendió muy amablemente, haciendo varias llamadas e indicándonos un par de sitios donde acudir a buscar piezas. Tenía una pequeña libreta llena de teléfonos que debe valer su peso en oro. Estaba claro que debía tener buenos contactos porque se dedicaba a la restauración de coches. De hecho, en el taller había un Renault 4/4 en proceso de restauración. Por cierto, este señor se llamaba Francisco Maneiro.
Nos dirigimos a Eysines, a un desguace de la cadena Careco, sin resultado positivo. Francisco nos había recomendado ir a un desguace en Audenge (50 km). Estuvimos llamando, pero no cogían el teléfono, así que nos dirigimos hacia allí de todos modos. No teníamos otra cosa que hacer... Sin embargo, cuando estábamos llegando, al fin contestaron al teléfono y nos dijeron que no tenían nada...
Decidimos volver a Toulouse, pero de camino llamamos a un hombre que tenía en venta en Leboncoin un manual de guantera de R5. Yo tenía mucho interés en adquirir el manual de guantera del R5 automático, pero del modelo mío, no del automático con motor 1300cc. En este caso, el manual era el correcto, así que decidimos ir a comprárselo. Estaba en Rieux-Volvestre, 50 km al sur de Toulouse.
Existe un manual para las versiones TL, GTL, TS, Automatic 1300 y Société. Tiene la portada en color gris y pertenece a los R5 de primera serie. También existe este otro manual para la segunda serie de R5, incluyendo las versiones TX y Automatic (el mío), y que sólo se editó en francés.
Este señor resultó ser un profesor de Historia jubilado muy agradable que estuvo charlando amigablemente con nosotros (bueno, con Juanma) un buen rato. El manual estaba en bastante buen estado. Pertenecía al R5 de su padre, que era versión TL.
Esa noche, por ser la última, cenamos en Courtepaille Balma, un restaurante en condiciones.
El viaje de vuelta a casa fue un poco accidentado, ya que nada más salir de Toulouse (sobre las 7:15), nos equivocamos, y perdimos una hora... El resto del viaje fue similar al de ida. Me habría gustado parar en desguaces La Torre, el mayor desguace de España que está entre Madrid y Toledo. Llamamos para preguntar por los asientos de TS, pero no tenían. Así que como no íbamos sobrados de tiempo, decidimos no desviarnos para entrar a verlo.
Llegamos a mi casa a las 0:30 (podríamos haber llegado una hora antes de no haber sido por la equivocación al salir de Toulouse). En total, recorrimos 4.400 km, una odisea que quizás no ha sido tan productiva como esperaba, pero al menos ha sido toda una experiencia que no olvidaremos fácilmente.
El día 22, lo primero que hicimos fue visitar un desguace que teníamos localizado a las afueras de Toulouse (Euro Automobiles). Fue nuestro primer contacto con los desguaces en Francia, y nos dijeron que no tenían nada, y que tampoco sabían de ningún sitio donde encontrar piezas de R5. Después fuimos a otro desguace (Cazenaves), más grande que el anterior, al oeste de Toulouse. Era más moderno y con mostrador, lo cual no daba muchas esperanzas. Y, en efecto, tampoco tenían nada de R5. Decidimos acercarnos a dos concesionarios Renault que había por la zona. En ambos nos recomendaron algún desguace, pero ellos no tenían ni idea de cómo conseguir piezas.
Después de comer fuimos a Grauhlet (a 60 km), un pueblo donde vivía un hombre que anunciaba piezas para R5 en Leboncoin (el "milanuncios" de Francia). Hacía un calor terrible y en cuanto vi las piezas que tenía expuestas en el porche de su casa, supe que de allí no iba a llevarme nada... Eran piezas sueltas de un modelo TL o GTL en bastante mal estado. Ni siquiera se había molestado en limpiarlas... Antes de irnos de ese pueblo, nos paramos a preguntar en un taller Renault y nos indicaron un desguace a las afueras. Este desguace sí era de los buenos, con mostrador, pero con una campa llena de coches y donde nos dejaron entrar a echar un vistazo.
Lamentablemente, sólo tenían un R5 y estaba en muy mal estado, además de ser primera serie, sin piezas que me interesaran.
Después fuimos a Gaillac, a unos 20 km. Allí había un desguace Careco (una cadena de desguaces) en el que tampoco tenían nada. De allí fuimos a Saint Juery, donde había otro desguace que teníamos anotado, pero que cuando llegamos ya había cerrado (tenían horario de verano y cerraban una hora antes de lo que pensábamos). Habíamos llamado por teléfono, pero no lo cogían y pensábamos que era porque estaban ocupados... Sin embargo, frente al desguace había una tienda de recambios en donde nos indicaron cómo llegar a otro desguace en el mismo pueblo. De hecho, llamaron para preguntar y ¡les dijeron que tenían un R5!
Allí que fuimos y el tipo que nos esperaba nos comentó que el R5 se vendía completo, no por piezas, en unos 800 o 1000€... El R5 en cuestión era un modelo GTL que no estaba en mal estado, pero tampoco en un estado como para pagar 800€ por él...
Además, no tenía nada que me interesase. Alucinó cuando le dijimos que íbamos desde Málaga hasta allí buscando piezas de R5... Le mostré fotos de mi R5 y se sorprendió mucho del trabajo que había hecho. Nos dijo que buscásemos en internet para encontrar desguaces y que preguntásemos en algún foro (nos recomendó un par de ellos).
Y con esto nos volvimos a Toulousse. La verdad es que el primer día había sido muy frustrante. Y lo peor es que tenía la sensación de que no íbamos a lograr mucho más. Nos habían comentado que hace unos años hubo una fiebre por estos coches y los coleccionistas se llevaron todo de los desguaces, así que poco podríamos encontrar. Yo tenía la esperanza de encontrar algo por el boca a boca, hablando con la gente, más que yendo a desguaces o mirando por internet. Pero ni siquiera así habíamos encontrado nada.
Por la noche, estuvimos buscando más desguaces y Juanma puso varios mensajes en foros y contactó por mail con diferentes personas que podrían ayudarnos.
Al día siguiente contactamos con un par de personas que se anunciaban en Leboncoin y vendían piezas de R5. Ambos estaban en puntos cercanos a Nimes, así que allá que fuimos (unos 300 km).
Primero fuimos a ver a Thierry, en Vauvert. Este hombre vivía en una casa en el campo y allí tenía unos cuantos R5. Era como tener un desguace en casa. Estaban en bastante mal estado, aunque uno de ellos lo había estado utilizando hasta hace poco.
Aunque la joya de la corona la tenía guardada en una cochera: un R5 Alpine con asientos de R5 TS primera serie (mis favoritos). Decía que tenía la bomba de gasolina rota o algo así y se notaba que hacía mucho que no lo cogía. Una pena. Personalmente, creo que acabará vendiéndolo.
A pesar de que no había mucho donde rascar, encontré algunas cosas que podrían interesarme y las estuvimos desmontando: tapones de los amortiguadores traseros, rejillas traseras y una luneta térmica. Además, vi que uno de los R5 tenía la rejilla de plástico que va situada en el capó. Intenté sacarla, pero no era fácil. De hecho, Thierry me dijo que no era posible desmontarla sin romper el capó (separando las dos planchas que lo forman). Aun así, me ayudó y acabó cortando el capó para recuperarla... Pero ¿cómo iba yo a montarla en mi coche? Bueno, eso ya se verá.
También había una radio de la época en uno de los coches y le dije que me interesaba. Le pregunté si funcionaba, y me dijo que ni siquiera sabía que estaba esa radio allí... Yo pensaba llevármela y comprobarlo por mí mismo, pero él me dijo que podría probarla y cogió una batería, peló los cables de conexión y se puso a probar... Hasta que aquello empezó a echar humo (provocó un cortocircuito) y dijo que estaba rota... Se la acababa de cargar. Me dió una rabia tremenda, ya que encontrar radios de esa época no es fácil y la rompió por no saber cómo conectarla correctamente. Yo tampoco habría sabido, pero seguro que no habría probado a lo loco como él hizo.
A la hora de pagarle, me llevé una desagradable sorpresa. Me pedía 80€ por todo lo que me llevaba. Lo que tenía más valor era la luneta. El resto, estaba viejo y eran piezas pequeñas. Aun así, cuando le mostré mi desacuerdo, se justificó y no rebajó nada el precio, así que le pagué y cargamos las cosas en el coche. Sin embargo, cuando miré la luneta a la luz del sol, comprobé que la resistencia estaba deteriorada, así que no me la quedé y me devolvió 40€. Aun así, 40€ por cuatro piezas de plástico viejas... No sé, me fui con la sensación de haber sido estafado en cierto modo, aunque es verdad que nos ayudó y estuvo con nosotros más de una hora atendiéndonos.
Después de aquello yo estaba que me arrastraba por el suelo, muy desanimado. Todo aquello me empezaba a parecer una soberana estupidez. Aunque, por otro lado, si no hubiese ido, nunca habría descubierto que realmente no hay piezas de R5 en Francia.
Por la tarde, fuimos a ver a Philippe, un hombre que decía tener piezas de R5. Lo habíamos localizado por Leboncoin y habíamos intentado contactar con él sin suerte, ya que el teléfono siempre estaba apagado. Sin embargo, descubrí otro anuncio en Leboncoin que me pareció similar y en él había otro número de teléfono. De este modo, al fin contactamos con él y fuimos a verle.
Hacía un calor horroroso. Se trataba de un recinto donde había muchas pequeñas naves industriales y en una de ellas estaba Philippe. Cuando entramos, descubrí varios R5 en proceso de restauración completa. Al parecer, se dedicaba a restaurar R5 y ése era su lugar de trabajo.
Como ya había podido intuir por las fotos del anuncio, allí había multitud de piezas de recambio para R5. Si hubiese ido hace tiempo, muchas piezas que he comprado las habría podido conseguir allí, seguramente de mejor calidad e incluso originales. Había cajas por todas partes:
La pieza que más me llamó la atención fue un aislante de capó original y completamente nuevo... Esta pieza es imposible de conseguir hoy en día, y todos los R5 la tienen muy deteriorada si es que aún la conservan. Nos dijo que la tenía reservada para un amigo... La cuestión es que fui preguntando por piezas y él se quedaba pensando, iba a algún rincón y me la traía. Evidentemente, hubo cosas que no tenía, pero la verdad es que conseguí un buen puñado de piezas.
Plafones de luces interiores:
No son el modelo de mi coche, el que tiene todo el cristal con cuadraditos, pero al menos eran muy nuevos. De hecho, tenía varios de los que yo buscaba, pero son tan frágiles que estaban rotos. Y es que ese modelo, por su funcionamiento, es casi imposible que no se rompa, pues tiene unas patillas de plástico que se parten al bascular varias veces el cristal.
Luneta térmica:
Parecía estar en bastante buen estado. Me enseñó dos, pero una de ellas tenía un conector eléctrico diferente al de mi coche, así que me decanté por la que tenía el conector similar para no tener que modificarlo.
Paños de puerta:
No tenía el juego completo y no eran nuevos, pero eran del mismo color que los de mi coche y me podrían venir bien para sustituir alguno mío que estuviese en peor estado.
Tapones de bisagras de portón trasero:
No eran nuevos, no tenían el mismo color... pero podrían pintarse y servir para sustituir los que tengo, ya que al menos no tenían rotas las patillas de sujeción.
Tapón de hueco de antena:
Nuevo, o en bastante buen estado. El mío se quedó muy deteriorado al desmontarlo y éste tenía todas las patillas en perfecto estado.
Antena:
No es que me convenciese mucho, pero me la llevé por si acaso no encuentro otra similar de la época.
Tubos de aireadores de salpicadero:
Se los quitó a un salpicadero color beige en muy buen estado que me quedé con ganas de llevarme, pero como se supone que el mío ha quedado bien, no quise llevármelo (me estoy arrepintiendo).
Parasol:
Nuevo. Sólo tenía el del lado conductor, pero al menos eso que me llevaba. Incluso creo que no es igual que los originales de mi coche, pero merecía la pena llevárselo.
Embellecedor paragolpes trasero:
También me ofreció unos plásticos interiores traseros, pero no me convencieron porque no eran iguales a los míos ni eran nuevos. También le estuve pidiendo otras piezas que llevaba apuntadas, pero no las tenía.
A la hora de pagar, miedo me daba lo que me fuese a pedir, ya que después de ver los precios de Thierry, y tratándose de piezas tan raras de encontrar... Pues el bueno de Philippe me pidió 60€ por todo. Increíble. Estoy seguro de que, aparte de ser buena persona, empatizó con nosotros y comprendió el esfuerzo que estábamos haciendo para hacernos con un puñado de piezas. Pero el remate fue que cuando cargamos las piezas en el maletero, me dijo que me llevase la otra luneta térmica, la que tenía el conector diferente, por si acaso la que me llevaba estaba mal... Impresionante.
Con esto, ya podía dar por amortizado el viaje, aunque seguía teniendo interés en encontrar otras piezas (que a estas alturas daba por imposible) y algo que también merecería la pena: unos asientos de R5 TS de primera generación.
El día 24 decidimos ir hacia la zona contraria de Francia: Burdeos (245 km). Se trataba de buscar desguaces por la zona y, como siempre, preguntar y ver si así localizábamos algo interesante. Esta vez llamábamos a los desguaces antes de ir, para descartarlos si no tenían nada. De todos modos, nunca iba mal presentarse para, de paso, preguntar en persona y poder obtener más información.
Estuvimos en las afueras de Burdeos, en Villenave d'Ornon. Preguntamos en un concesionario Renault y nos indicaron dos desguaces donde preguntar.
El primer desguace estaba en Bouliac, y no tenían nada. El otro estaba cerca, en Tresses, y tampoco tenían nada. Pero muy cerca de éste último, en Yvrac, había un taller que me llamó la atención y paramos a preguntar. El dueño, un señor mayor con aspecto de mecánico de toda la vida (camisa abierta y puro en la boca), nos atendió muy amablemente, haciendo varias llamadas e indicándonos un par de sitios donde acudir a buscar piezas. Tenía una pequeña libreta llena de teléfonos que debe valer su peso en oro. Estaba claro que debía tener buenos contactos porque se dedicaba a la restauración de coches. De hecho, en el taller había un Renault 4/4 en proceso de restauración. Por cierto, este señor se llamaba Francisco Maneiro.
Nos dirigimos a Eysines, a un desguace de la cadena Careco, sin resultado positivo. Francisco nos había recomendado ir a un desguace en Audenge (50 km). Estuvimos llamando, pero no cogían el teléfono, así que nos dirigimos hacia allí de todos modos. No teníamos otra cosa que hacer... Sin embargo, cuando estábamos llegando, al fin contestaron al teléfono y nos dijeron que no tenían nada...
Decidimos volver a Toulouse, pero de camino llamamos a un hombre que tenía en venta en Leboncoin un manual de guantera de R5. Yo tenía mucho interés en adquirir el manual de guantera del R5 automático, pero del modelo mío, no del automático con motor 1300cc. En este caso, el manual era el correcto, así que decidimos ir a comprárselo. Estaba en Rieux-Volvestre, 50 km al sur de Toulouse.
Existe un manual para las versiones TL, GTL, TS, Automatic 1300 y Société. Tiene la portada en color gris y pertenece a los R5 de primera serie. También existe este otro manual para la segunda serie de R5, incluyendo las versiones TX y Automatic (el mío), y que sólo se editó en francés.
Este señor resultó ser un profesor de Historia jubilado muy agradable que estuvo charlando amigablemente con nosotros (bueno, con Juanma) un buen rato. El manual estaba en bastante buen estado. Pertenecía al R5 de su padre, que era versión TL.
Esa noche, por ser la última, cenamos en Courtepaille Balma, un restaurante en condiciones.
El viaje de vuelta a casa fue un poco accidentado, ya que nada más salir de Toulouse (sobre las 7:15), nos equivocamos, y perdimos una hora... El resto del viaje fue similar al de ida. Me habría gustado parar en desguaces La Torre, el mayor desguace de España que está entre Madrid y Toledo. Llamamos para preguntar por los asientos de TS, pero no tenían. Así que como no íbamos sobrados de tiempo, decidimos no desviarnos para entrar a verlo.
Llegamos a mi casa a las 0:30 (podríamos haber llegado una hora antes de no haber sido por la equivocación al salir de Toulouse). En total, recorrimos 4.400 km, una odisea que quizás no ha sido tan productiva como esperaba, pero al menos ha sido toda una experiencia que no olvidaremos fácilmente.
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