viernes, 26 de abril de 2019

Puerta delantera derecha - Montaje del cristal

Tenía previsto montar los cristales de las dos puertas delanteras a lo largo de la tarde, pero no iba a ser tan sencillo. Comencé con la delantera derecha. Retiré los plásticos protectores para poder trabajar en la puerta:


Limpié la puerta por el hueco interior, donde se había acumulado bastante polvo. Coloqué en la puerta la goma que sirve de guía al cristal:


Como siempre, la zona del interior de la puerta es la que más dificultad tiene para encajar esta goma en el perfil, ya que tiene difícil acceso. También monté la goma de contorno de puerta:


Ahora tenía que preparar los lamelunas. Corté el lamelunas exterior tomando como referencia directamente el hueco en el marco:


También corté el lamelunas interior:


Me di cuenta de que el extremo delantero del lamelunas exterior tendría que acabar en pico para adaptarse mejor:


Rebajé el alma metálica con la piedra de esmeril y ajusté el borde en forma de pico. Coloqué las grapas tomando como referencia los puntos de sujeción:


Monté el lamelunas y quedaba demasiado grande:


Así que tuve que desmontarlo, recortar un poco más el extremo acabado en pico y volver a colocar las grapas para montarlo de nuevo:


Quedó bastante bien ajustado. Al ir a por el cristal, recordé que no estaba limpio del todo, ya que tenía que aplicar pulimento para eliminar la suciedad que se adhiere en el contorno y no sale con una limpieza normal.


Tras aplicar el pulimento, veía que la suciedad no terminaba de salir, así que le di con lija P800 y así logré eliminarla. También existían pequeños puntos negros, como de pintura o alquitrán. Después repasé el cristal con pulimento y lo limpié con una bayeta húmeda y lo sequé. Pero... ¡estaba lleno de arañazos! No recordaba que estos arañazos estuviesen antes. Le di con pulimento en esas zonas y lo volvía a enjuagar. ¡Y volvieron a aparecer arañazos! Llegué a la conclusión de que era la bayeta la que tenía restos de algún tipo (por haber lijado) que arañaban el cristal. Así que volví a pulir, pero simplemente limpié el cristal con papel y quedó bien.

Antes de montar el cristal, recordé que debía poner el aislante acústico. En las puertas delanteras decidí poner una sóla lámina horizontal, como me recomendó Luis:


Golpeé la puerta por fuera y no sonaba tan compacta como la trasera... Lo mismo debería haber puesto dos láminas verticales como en las puertas traseras.

Llegó el momento de montar el cristal y, al estar solo, tuve bastantes problemas. Introduje el cristal sin montar el lamelunas interior y lo dejé girado:


Coloqué por la parte inferior el mecanismo alzacristales, engrasando antes los rodillos. Sin embargo, no era capaz de encajar los rodillos en las guías. Estuve un buen rato intentándolo, pero nada. Parecía como si uno de los rodillos no pudiese deslizar por las guías. Tuve que desistir y sacar el mecanismo. Entonces comprobé que, efectivamente, uno de los rodillos parecía atascado, y no giraba con facilidad. Estuve girándolo y engrasándolo de nuevo para mejorar su movilidad.

De nuevo intenté colocar el mecanismo alzacristales y esta vez sí que encajaron ambos rodillos en sus guías y pude atornillarlo en su lugar:


Lamentablemente, al mover desesperadamente el cristal en mi afán de lograr que encajasen los rodillos con las guías, hubo un momento en que rozó el marco de la puerta y lo arañó:


Ahora me quedaba por colocar el lamelunas interior. Fui colocando las grapas en los puntos correspondientes, presentando el lamelunas en su lugar para ir ajustándolos a su posición exacta. Repasé un poco el alma metálica para ajustar mejor la longitud del lamelunas. Además, comprobé que debía recortar el extremo delantero del lamelunas para que encajase mejor en el borde en forma de cuña:


Al montar el lamelunas, me pareció que quedaba demasiado largo y volví a recortarlo, pero fue un error. Resulta que, como las grapas tenían cierto movimiento, el lamelunas se había desplazado hacia un extremo, y por eso parecía más largo. Al recortarlo, quedó más corto, cuando su longitud original era la adecuada...


Y así dejé la puerta, sin poder terminarla:


Por cierto, que al intentar cerrarla, parecía como si la goma del contorno empujase la puerta hacia fuera, algo similar a lo que sucedía en el maletero. Tendré que ver si puede arreglarse regulando la puerta una vez monte la cerradura.

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