Revisé las dos lunetas que traje de Francia y elegí la que parecía estar en mejor estado.
Limpié la zona dañada de la línea inferior y protegí su contorno con cinta de carrocero.
Pinté ese tramo de línea, pero resultó que la pintura no era líquida, sino que estaba reseca y era una especie de pasta que tuve que extender con bastante dificultad. Más tarde, retiré la cinta:
El resultado no me convenció. Además de la dificultad de extender la pintura, la cantidad era muy pequeña, y seguramente iba a necesitar mucha pintura, pues la mayoría de líneas estsaban dañadas y en varias zonas. Para colmo, cuando medí la resistencia en la zona reparada, seguía estando cortada y no había continuidad...
Tendré que probar otro producto (éste lo compré para probar porque era muy barato) o quizás tenga que olvidarme de tener luneta térmica, ya que veo muy complicado repararla.
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