Una vez que tuve las grapas preparadas, corté un tramo de lamelunas con la misma longitud que el original:
Como tiene un alma metálica, no pude cortarlo con tijeras y tuve que utilizar un cúter, golpeándolo con un martillo a modo de cizalla.
Coloqué las grapas con ayuda de un destornillador. Con él las abría para meterlas en el labio del lamelunas y, una vez colocada, giraba el destornillador para sacarlo y, con la grapa cerrada, la empujaba a fondo hasta su sitio:
Me guié por las marcas en el lamelunas original para saber dónde debía ir cada grapa:
A la hora de montar el lamelunas, no sabía en qué orden hacerlo. Si montaba el lamelunas sin el cristal en su sitio, luego sería complicado meterlo. Si montaba el cristal, poner el lamelunas sería muy complicado. Así que opté por una solución intermedia: metería el cristal en el hueco de la puerta, pero sin girarlo a su posición final. De este modo, tendría espacio para colocar los lamelunas y el cristal sólo tendría que girarse al terminar. Me echó una mano Ismael para volver a meter el cristal en la puerta y encajar el rodillo en el raíl:
Con el cristal así colocado, podía montar el lamelunas exterior. No era sencillo, ya que había que alinear las grapas con las ranuras de la puerta e ir presionando cada una para que encajasen. Finalmente pude dejarlo montado:
Me llamó mucho la atención que existían huecos muy grandes en la ranura donde va el cristal:
Por ahí va a entrar agua y no me parece que sea buena idea. Además, no encontré orificios de drenaje en el fondo de la puerta. De todas formas, fui a mirar el Renault 5 GTL y tenía esos mismos huecos. Incluso el lamelunas, en mi caso, estaba más ajustado.
Coloqué los tornillos de sujeción del triángulo de plástico (ya limpios y pintados) y su tapones:
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