Javier nos había preguntado que por qué no se había petroleado el motor antes de empezar a desmontarlo... Y yo ni me lo había planteado porque se supone que este motor hay que solucionarlo sin perder mucho tiempo. Pero ya que lo había sugerido, le dije a Paco que podría volver a cerrarlo y sacarlo fuera con la pluma para darle un lavado.
Estuvimos tapando todos los orificios para evitar entrada de agua al interior. Pero antes de lavarlo, pensamos que sería buena idea vaciarle el agua de refrigeración que aún contenía el bloque. Paco desmontó la tapa de balancines y aflojó la culata. Inclinamos el conjunto y salió una buena cantidad de agua, aunque seguramente quedó algo en el interior, pero ya saldría más adelante tras volver a cambiar el refrigerante.
Paco estuvo limpiando el conjunto con la pistola de petrolear, utilizando desengrasante rebajado al 50% con agua. Después, lo estuvo enjuagando con agua.
Tras esto, le recomendé secarlo con aire a presión, para evitar que se oxidase con facilidad.
Por último, volvimos a meterlo en el taller. Nos costó bastante subir la pluma entre los dos por la rampa, pero echándole ganas, lo logramos.
No es que haya quedado muy bien que digamos, pero al menos se ha limpiado superficialmente y ya no está tan grasiento. Habrá piezas que puedan limpiarse mejor desmontándolas.
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