El montaje del freno de mano no era muy complicado. Simplemente tuve que seguir los pasos del desmontaje pero a la inversa. Procuré engrasar todas las piezas que tenían movimiento. Utilicé grasa de litio.
El problema llegó al intentar montar el mango. Engrasé el vástago de la palanca con grasa especial para gomas, para evitar que se pudiese deteriorar el plástico del mango.
Pero al ser un plástico muy rígido, sucedió lo que me temía: se rajó. Pensé que el vástago era algo más grueso al estar pintado, así que lo cepillé y retiré la pintura.
Volví a engrasarlo y monté el mango.
Pero al ser un plástico muy rígido, sucedió lo que me temía: se rajó. Pensé que el vástago era algo más grueso al estar pintado, así que lo cepillé y retiré la pintura.
Volví a engrasarlo y monté el mango.
Giré la raja hacia la parte inferior para que no se vea, pero intentaré buscar uno de segunda mano.
Presenté la palanca del freno de mano sobre el soporte de montaje y comprobé algo que ya sospechaba: la palanca roza en la chapa.
Y es que al desmontarlo, la palanca tenía roces en los laterales y estaba oxidada en esa zona. Tendré que deformarla para que no roce.
Presenté la palanca del freno de mano sobre el soporte de montaje y comprobé algo que ya sospechaba: la palanca roza en la chapa.
Y es que al desmontarlo, la palanca tenía roces en los laterales y estaba oxidada en esa zona. Tendré que deformarla para que no roce.
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