Tras buscar sin éxito en el taller un kit de reparación de tuberías de freno, tenía que buscar algún método para reparar las roscas que daban problemas. Pensé en el método de la segueta, que consiste en repasar la rosca con una segueta que se introduce en cada hilo de rosca dañado para repasarlo, pero esto puede hacerse sólo en roscas con un paso grande. Estas roscas eran muy finas para que la hoja entrase.
Así que no se me ocurrió nada mejor que intentar repasar la rosca con el propio latiguillo flexible, forzándolo hasta recuperar la rosca original. Sujeté el latiguillo en el tornillo de banco para introducir la rosca lo más recta posible.
Por mucho cuidado que tenía, la rosca acababa torciéndose o saliéndose, por lo que parecía una tarea imposible. Finalmente, logré que fuese roscando, pero estaba muy dura me daba miedo que se estropease más. Pero ¿qué otra cosa podía hacer? Así que rosqué el racor como si fuese un macho, roscando y desenroscando a medida que iba avanzando. Después limpié la viruta que se formó en las roscas y probé a roscar ambas piezas. La rosca no iba suave, pero al menos roscaba sin escaparse.
Tuve que reparar también la rosca del racor que iba al latiguillo del lado derecho y la del racor que entraba al bombín derecho. Todas las reparé del mismo modo y quedaron bastante bien.
Apliqué un poco de grasa especial para circuitos de freno en las roscas para así mejorar un poco el avance de las roscas, que no iba muy suave.
Y monté todos los latiguillos y tuberías de los frenos traseros:
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