miércoles, 14 de noviembre de 2018

Reajustando la suspensión delantera

Hoy he aprovechado que tenía la mañana libre para, junto con Luis, revisar la suspensión delantera con el fin de dejarla a una altura correcta. El problema era que el lado derecho seguía demasiado bajo, mientras que el izquierdo quedó bien el otro día. Luis me había dicho que tendríamos que modificar la posición de la barra de torsión derecha respecto del estriado del brazo de suspensión, pero le comenté que yo eso lo veía inútil, ya que la torsión de la barra sólo puede modificarse cuando se monta el soporte trasero de la misma.

Medimos la altura de los brazos y existía una diferencia de unos 5 cm entre ambos, quedando el brazo izquierdo más alto que el derecho.

No teníamos otra opción que desmontar y probar algo diferente. Desmontamos el soporte de la barra de torsión para dejarla suelta. Desmontamos los soportes de la barra estabilizadora. Desmontamos la pinza de freno para poder desmontar la mangueta. Desmontamos el tornillo que sujeta el silentblock de la estabilizadora junto con la cogida inferior del amortiguador al brazo de suspensión inferior.

Debo decir que desmontar todo esto cuando yo creía que no habría que desmontarlo, me desmoralizó un poco. Después de haber montado las pastillas de freno con mimo, colocando grasa especial para evitar chirridos (que Luis me dijo que era mejor no montar, pues forma barrillo con el polvo de ferodo y las atasca); después de aplicar fijador de roscas en los tornillos de sujeción de las pinzas de freno; después de haberlo montado todo con cuidado para evitar arañazos... Ahora veía cómo todo eso se perdía. El fijador de roscas perdía su efecto (habría que volverlo a aplicar), las pastillas perdían parte de la grasa con el toqueteo (e incluso se manchaban por donde no debían), las piezas se arañaban por los golpes y roces... Pero es algo que ya no me extraña. Casi nada de lo que monto se queda así definitivamente. Siempre hay algún motivo por el cual hay que volver a desmontar y el mimo de la primera vez desaparece. Y esto me seguirá sucediendo. Seguro.

En ese momento, teníamos el brazo de suspensión inferior libre, unido con la barra de torsión a través del estriado correspondiente. Luis me dijo que probásemos a montar la barra de torsión en esa situación, intentando girar un diente más el soporte trasero. Ésa era la posición en la que el otro día fuimos incapaces de montarlo.

Sin embargo, esta vez pudimos montarlo. Seguramente, al no estar montado el amortiguador, el esfuerzo de torsión era menor y la barra no ejercía tanta fuerza. Montamos el tornillo de unión entre el brazo inferior y el amortiguador para que se quedase en su posición final (subiendo el brazo con ayuda de un gato) y volvimos a medir la altura de ambos respecto a la carrocería. ¡Era la misma! Pero ¿y si al apoyar el coche en el suelo variaba? Había que comprobarlo.

Montamos correctamente el tornillo que une estabilizadora, amortiguador y brazo de suspensión. Montamos la mangueta, la pinza de freno y la rueda. Apoyamos el coche en el suelo y... ambos lados parecían a la misma altura.


Medí la altura desde el borde de la aleta al centro de la rueda y era de 43 cm en ambos lados... ¡No me lo podía creer!

Pero las buenas noticias no acabaron ahí. Como tenía pensado revisar también la suspensión trasera, me dió por medir la distancia entre borde de aleta y centro de rueda en ambos lados, y resulta que estaban iguales (34 cm) ¿Cómo era posible? Bueno, no lo sé muy bien, pero no iba a tocar nada, por si acaso.


Aprovechando que estaban por el taller Paco (alumno de segundo) e Ismael (alumno de primero), les pedí que me ayudasen a apretar todos los puntos de la suspensión. Comenzamos subiendo el coche y montando los soportes de la barra estabilizadora. Después apoyamos el coche en el suelo para apretar los ejes de los brazos inferiores (9 kg·m), los ejes de los brazos superiores (9 kg·m) y los tornillos de unión entre amortiguador y brazo inferior (4 kg·m). Todo según manual.


Con la suspensión apretada, ya podían montarse los palieres. Pero habría que desmontar las manguetas. Comenzamos por el lado derecho. Soltamos la mangueta y volví a desmontar la pinza de freno. Introduje el extremo interior del palier en la caja de cambios y después estuvimos volviéndonos locos para lograr introducir el otro extremo en el buje, porque también había que colocar la mangueta sujeta en las rótulas de los brazos de suspensión.


Debido a nuestra evidente torpeza, nos costó un buen rato hasta lograrlo.


Apretamos la tuerca de la rótula en el brazo superior a 3,5 kg·m. Al ir a apretar la tuerca de la rótula del brazo inferior, ésta giraba. Lo intentamos con la pistola de impacto, pero no funcionó. Al final lo logramos levantando la mangueta justo por el filo del orificio inferior con ayuda del gato para que la propia mangueta frenase la rótula y no girase. La apretamos a 5 kg·m.


Nos fuimos al otro lado para meter el palier izquierdo. Desmontamos la pinza de freno, pero no logramos sacar la mangueta. No había manera de liberarla ni del brazo superior ni del inferior, así que tuvimos que dejarlo ahí porque no había tiempo para más.


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