miércoles, 15 de mayo de 2019

Montaje del capó

Si quería llevarme el coche a un parking, tendría que dejarlo cerrado. Y eso, además de incluir las puertas, también incluye al capó, que debe tapar el motor y dejarlo protegido.

Para montar el capó, necesitaba montar el resbalón de cierre, así como las bisagras. Decidí montar las bisagras tal cual estaban:


Deberían ir pintadas en el color de la carrocería, pero no me di cuenta en su momento. De todas formas, las pintaré en negro y no deben quedar mal.

Otro detalle a tener en cuenta era la varilla de sujeción del capó. También tendría que montarla. Así que limpié con cepillo metálico las piezas del resbalón y de la varilla de sujeción:


La chapa donde gira la varilla estaba bastante deformada, así que estuve intentando dejarla algo mejor:


Pinté las piezas con spray de zinc:


Para montar la chapa en el capó, lo apoyé boca arriba sobre un trozo de espuma que puse en una mesa, para evitar arañarlo:

Aun así, se arañó. El capó tenía mucho polvo y no lo limpié antes de apoyarlo. El propio polvo hizo de lija a pesar de estar sobre la espuma...

En primer lugar, monté el resbalón:



La chapa va sujeta mediante remaches. Seleccioné unos de pequeño tamaño:


El problema es que hay que remachar la chapa con la varilla colocada en el hueco y, además, uno de los remaches también sujeta el cable limitador de apertura:


Los remaches pequeños no cogían, así que busqué unos algo mayores:


Recuperé la grapa de sujeción de la varilla, la limpié con cepillo metálico y la monté:


Y la varilla quedó montada:


Ya que estaba, quise sustituir las antiguas pegatinas por las nuevas que compré en su momento:


Resulta que estaban resecas y se cuarteaban al intentar arrancarlas. Así que tuve que utilizar un cúter para ir arrancándolas con mucho cuidado:


Y coloqué la nueva pegatina en su lugar:


En el caso de la otra, repetí la misma operación:


Con ayuda de Ismael, monté el capó en el coche. Las tuercas de las bisagras se aprietan, pero existe un tope para que no presionen las cogidas del capó, de modo que se permita su giro. Una vez hecho esto, estuvimos desplazando las bisagras hasta lograr cuadrar el capó respecto a las aletas.

El problema surgió con el cierre, para variar. Al igual que en las puertas, no lográbamos que el resbalón encajase con facilidad en el cierre. Tras conseguir alinear ambas piezas, sucedía lo mismo que con las puertas: el resbalón quedaba lejos del cierre y la goma del borde impedía que el capó quedase cerrado. ¿Otra vez el mismo problema?

De repente, descubrimos que el cierre se podía regular en altura. Yo lo había dejado sin apretar y pudimos levantarlo, por lo que el resbalón encajaba y el capó quedaba cerrado correctamente:



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