sábado, 25 de febrero de 2017

El Lámbor abandona el elevador

Cuando ayer llegué al taller, Luis había estado trabajando con David y ya tenían listos los dos soportes. Luis se llevó una broca pasamuros para poder hacer los taladros en uno de los palets, el que llevaría las ruedas con espárragos y tuercas. Lo malo es que una de ellas tenía mal el rodamiento y no giraba.


El otro palet llevaría ruedas atornilladas. Luis se llevó también una caja con tornillos para madera que había reciclado de antiguas puertas.


Para no apoyar directamente el chasis sobre la madera, Luis me recomendó poner neumáticos viejos, ya que teníamos bastantes en el taller de haberlos cambiado en diferentes coches. Los soportes tenían muy buena pinta. Colocamos el de las ruedas en mejor estado bajo la parte delantera, para que sirviese de guía al desplazar el coche. Bajamos el coche para probar cómo asentaba y todo parecía correcto. Colocamos ambos soportes y dejamos caer el coche.


Para moverlo, el soporte trasero debía salvar el escalón que hay en el centro del elevador, una chapa que cubre los cables de uno de los motores. La idea era levantar el coche entre varios, empujarlo apoyado en el soporte delantero y llevar el soporte trasero tras el escalón para volver a apoyar la parte trasera.

El primer intento, fue un desastre. Se levantó el coche y sacamos el soporte trasero, pero el soporte delantero quedó enganchado con una de las patas del elevador y no podía moverse. Además, el elevador quedó bloqueado al bajar el resto de patas más que ésa. Fue un momento de tensión. Estaban sujetando el coche entre tres personas (Luis, Pedro y José Manuel) y no lo podían soltar, ya que el coche se había desplazado y ahora los apoyos del elevador no coincidían con los puntos de sujeción del coche. Para colmo, el elevador estaba bloquedado y el soporte delantero, enganchado.

Volvimos a poner el soporte trasero en posición para que pudiesen soltar el coche, pero ahora el coche había quedado desplazado respecto al elevador. Nos fijamos en los soportes y no daban mucha seguridad. En el delantero, una de las ruedas se había roto y la cubierta de goma se separó del centro.


Por otro lado, el soporte trasero había arqueado peligrosamente, ya que ese palet no parecía tan robusto como el otro.


Luis me animó a mover el coche así. Ya que estaba posado, me decía que lo lleváramos adelante y que la rueda rota no iba a ser impedimento. Pero ¿y si se rompía más y el soporte caía de esa esquina y quedaba arrastrando? Y el soporte trasero también podía partir... Todos los alumnos opinaban y se ponían a favor de uno u otro. La verdad es que había ganas de terminar de una vez por todas, pero les convencí para dejar el coche de nuevo en el elevador y reparar los soportes.

Logré sacar la pata del elevador que estaba enganchada en el soporte delantero y giramos el resto de patas (había que desbloquear un tetón inferior en cada una de ellas para que pudiesen girar al no estar abajo del todo) para colocarlas de manera que pudiesen sujetar el coche, aunque no fuese en los puntos adecuados.

Al fin pudimos volver a sujetar el coche sobre el elevador y nos pusimos a reparar los soportes. David sustituyó la rueda del soporte delantero. Le puso una similar de una bancada para motores; ya solucionaríamos más adelante cómo evitar dejar coja la bancada...


El otro soporte los reforzamos. Los alumnos se pusieron a sacar tablas del tercer palet para clavarlas como refuerzos en el soporte trasero.


Con los soportes mejorados, los colocamos de otra forma. En vez de con el lado más largo a lo ancho del coche, colocamos el lado más largo longitudinal al coche, de manera que las patas del elevador ya no quedarían tan cerca con el riesgo de engancharse. En el soporte trasero se pusieron los neumáticos también a lo largo, ya que se adaptaban mejor de esa forma. Delante era mejor mantenerlos transversales.


Con esta situación, comenzamos un segundo intento. Nos coordinamos para dejar el coche sobre los soportes, levantar la parte trasera, quitar el soporte trasero, desplazar el coche apoyado sobre el soporte delantero, colocar el soporte trasero en su sitio pero tras el escalón y empujar el coche hasta su sitio. Y lo logramos.


La idea era dejarlo tal y como estaba antes, pegado a la pared, pero como tenía allí las piezas que había desmontado de la suspensión, lo dejamos algo retirado y ya lo colocaríamos mejor cuando yo quite las piezas de ahí.

Desde aquí debo agradecer toda la ayuda e implicación a mi compañero Luis y a los alumnos de primero que nos echaron una mano. Gracias a todos.

viernes, 24 de febrero de 2017

Silentblocks de los brazos delanteros

Ayer, tras haber desmontado la suspensión trasera, me quedé por la tarde en el taller y me puse a intentar sacar los silentblocks de los brazos de suspensión delanteros. Comencé con uno de los brazos inferiores, y lo primero que hice fue tomar nota de las cotas de montaje de los silentblocks respecto al brazo.


Corregí una de las cotas, aunque tendría que verificarlas con el calibre, ya que lo hice con regla y no era tan exacto. También tomé una foto de la postura que lleva el silentblock respecto a su alojamiento.


Comprobé si el eje giraba respecto al brazo, pero estaba muy duro y coloqué una contratuerca para poder girarlo. No sabía si debía estar más suave o esta dureza era la correcta. Pero parecía complicado poder sacarlo... Lo intenté sujetando el brazo en el tornillo de banco y golpeando un extremo del eje con un vástago. Pero no se movió nada. Embadurné el eje con 3en1, pero el resultado fue el mismo...


Viendo que no podía con él, me puse con un brazo superior. Tomé de nuevo nota de la posición de los silentblocks:


La medida interior no es correcta. Realmente es de 98,5mm. Lo verifiqué con un calibre midiendo, además, la longitud del casquillo que va montado ahí, y que mide también 98,5mm.

En este caso, los silentblocks podría sacarlos con ayuda de un tornillo de banco a modo de prensa, ya que el eje sí estaba desmontado. Utilicé dos vasos de 30 y 18mm.


Y de nuevo no conseguí nada... Por más que presionaba con el tornillo de banco, el silentblock no se desplazaba, y me daba miedo seguir presionando, porque se supone que debía salir.

jueves, 23 de febrero de 2017

Desmontando la suspensión trasera

Hoy he podido aprovechar la mañana y, con ayuda de Luis, hemos sacado las barras de torsión traseras. Lo primero fue medir la altura del eje de las ruedas, pues las barras se montarán sin los amortiguadores puestos. En este caso, la distancia hasta el orificio de sujeción de las molduras era de 40 cm.

La barra trasera (la que sale hacia el lado izquierdo del coche), tenía dos muescas en el extremo exterior, mientras que la barra delantera, tenía el hueco por donde debía salir lleno de suciedad, algo duro (¿nido de avispas terreras?) que Luis estuvo machacando con un destornillador para retirar todo lo posible. También rociamos bastante 3en1 por los estriados de apoyo para que sirviese de lubricante y facilitase el desmontaje. Una de las barras queda más adelantada (derecha) que la otra (izquierda) para que no choquen entre sí.

Extremos de la barra trasera (lado izquierdo):


Extremos de la barra delantera (lado derecho):


Después estuvimos estudiando la manera de sacar las barras. Yo estaba convencido de que había que sacarlas hacia fuera del coche, y Luis acabó dándose cuenta de que así tendría que ser. Por lo tanto teníamos dos opciones: tirar desde el extremo exterior con un martillo de inercia o golpear desde el extremo interior con algún elemento intermedio.

Lo del martillo de inercia no podía ser. Pensábamos que las barras tenían en el extremo un orificio con rosca para poder roscar el extremo del martillo de inercia, pero no había ninguna rosca en estas barras. Así que la única opción que quedaba era golpear. Luis encontró el eje de una bomba de aceite vieja (idéntica a la del Renault 5, por cierto) y le rebajó un extremo para hacerle forma cónica y apoyase mejor en el extremo de la barra.


Luis probó a golpear la barra y comprobamos que, efectivamente, iba saliendo. Una vez "domada", me puse yo a dar martillazos para ir sacándola. Pero llegó un punto en que la barra no desplazaba.


Luis se puso a golpear con bastante más fuerza y precisión que yo, con lo que la barra salió.


En el caso de la barra delantera, el espacio para golpear era menor y se necesitaba un vástago más largo. Luis encontró una barra de acero que podría servir y volvió a rebajar uno de los extremos para darle forma cónica. Esta vez no me molesté en golpear yo. Directamente lo hizo Luis. En plena faena:


Con ambas barras fuera:


Ahora tenía que quitar los tornillos de sujeción de los soportes de los brazos para poder desmontarlos.

Soporte interior izquierdo (2 tornillos de cabeza 13mm y un tornillo de cabeza 19mm):


Soporte interior derecho (tornillos similares):


Soporte exterior izquierdo (dos tornillos con cabeza 17mm):


Soporte exterior derecho (tornillos similares):


Tras aflojar los tornillos de los soportes de un brazo, colocamos un gato debajo para sujetar el brazo mientras jugábamos con él para salvar el soporte exterior primero y el soporte interior después, ya que el soporte interior debe pasar a través de un hueco en la estructura del chasis. Los brazos ya fuera:


 Y así quedó la parte trasera:


Al fin tengo el coche con la parte inferior completamente desmontada:


miércoles, 22 de febrero de 2017

Desmontaje de amortiguadores traseros

Esta mañana, Mariano me ha echado un cable y ha desmontado los amortiguadores traseros. Antes hemos medido la distancia desde el eje de las ruedas hasta el filo de la aleta (realmente, hasta el orificio de sujeción de las molduras). En ambos casos la distancia era de 38cm.


Para desmontar los amortiguadores, primero hay que aflojar la contratuerca y tuerca superiores:


De nuevo hay que utilizar una llave inglesa para sujetar la espiga y que no gire. Mariano no quiso quitar completamente la tuerca y soltó el amortiguador de la sujeción inferior, quitando la tuerca que lo sujeta.


Después, un golpe para sacarlo del soporte y se termina de aflojar arriba.


Se pueden ver las diferentes piezas que forman la sujeción arriba (goma, copela y doble tuerca) y abajo (arandela y tuerca).

De nuevo, Luis me dijo que no los veía mal (ya me lo dijo con los delanteros), tras tantearlos y presionarlos contra el suelo... La verdad es que muchos elementos del coche no deben estar muy mal, porque no han tenido mucho uso, pero el paso del tiempo los ha dejado tan deteriorados, que prefiero cambiarlos. De todas formas, ya veremos, porque no puedo afrontar tantos gastos de golpe.

¿Palets?

Ayer por la mañana, David "Latero" (alumno repetidor de 1º) me dijo que podría conseguirme unos palets de madera. En el recreo se acercó con un par de compañeros a un almacén de piensos que hay al lado del instituto y trajeron tres palets. Y es que el lunes, Pedro (alumno de 1º y 2º), me dijo que por qué no me planteaba hacer los soportes para mover el coche con palets, que aguantan bastante peso y se les pueden acoplar ruedas igualmente.


Además, encontramos en el taller unas ruedas de las que se utilizan para hacer soportes de motores. Podrían reciclarse y colocarlas en los palets.


Luis puso a David (alumno de 1º) a preparar una serie de espárragos para sujetar cuatro de las ruedas. Había que hacerles rosca en ambos extremos para poder ponerles tuercas de sujeción. Las barras eran de 10mm y las roscas que se hicieron eran M10x1,5.



Desmontaje de los brazos de suspensión superiores

Los brazos de suspensión superiores van sujetos a un eje que tiene dos tuercas, una en cada extremo. Esto impide que puedan aflojarse sujetando ambas con dos llaves. Según el manual, hay que roscar una tuerca en el extremo delantero a modo de contratuerca para poder sujetar el eje y aflojar la tierca del extremo contrario.

Comencé con el brazo del lado derecho. En un principio probé a aflojar la tuerca trasera directamente (llave de 19mm). Estaba muy dura y me ayudé de una palanca.


Logré aflojarla y el brazo giró al quedar suelto. Seguí aflojando la tuerca hasta que el eje empezó a girar también. Entonces coloqué una tuerca en el otro extremo para sujetar el eje y poder seguir aflojando hasta que la tuerca salió. Lleva una arandela.


Para sacar el eje tuve que hacer algo de juego con ayuda de la llave en la tuerca del extremo delantero. Así fue saliendo. A pesar de eso, el brazo quedó sujeto por el propio chasis, así que lo golpeé con un martillo de nylon para que saliese.


El casquillo central también lo golpeé ligeramente para que saliese de su sitio.


Con respecto al brazo del lado izquierdo, fui incapaz de aflojar la tuerca trasera ni siquiera con la palanca. Más tarde le pedí ayuda a Adrián (alumno de 2º), pero fue Luis quien logró dar con la clave para aflojar el conjunto: utilizó un vaso de 19mm colocado en la tuerca delantera e hizo palanca con el palillo grande. Así soltó esa tuerca y ya pudimos proceder como en el otro brazo.


Con todos los brazos ya desmontados, intenté medir con el calibre las dimensiones de los diferentes silentblocks que llevan. Los brazos superiores llevan dos silentblocks iguales entre sí, y los inferiores llevan otros diferentes, pero también iguales entre sí. Es decir, hay 8 silentblocks en total, 4 de cada tipo.

Silentblocks de brazo superior: 36mm (longitud) x 26mm (diámetro exterior) x 11,5mm (diámetro interior).

Silentblocks de brazo inferior: ¿47mm? (longitud) x 18mm (diámetro exterior) x 14mm (diámetro interior).

La longitud de los de los brazos inferiores no la medí bien, ya que no sobresalen del hueco donde van montados. Creo que son más cortos.