lunes, 20 de junio de 2022

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Este viernes pasado he llenado el depósito, esta vez con gasolina 98, para ver si notaba diferencias de comportamiento. Volví a calcular el consumo. Esta vez eché 37 litros y había recorrido unos 400 km. Esto significa que el consumo ha sido de 9,25 litros/100. Algo más bajo.

Me llevé el R5 al taller para revisarlo y lavarlo antes de irme de viaje con él. Lo lavé y lo aspiré. Después lo metí en el taller y revisé las presiones de los neumáticos. Estuve buscando el origen del grillo que venía escuchando desde hace tiempo. Se me ocurrió que podría ser del escape, que lleva varias abrazaderas. Y, efectivamente, así era. Al mover el tubo de escape por la parte delantera, escuché el CRI-CRI desde el vano motor. Era la abrazadera entre el colector y el silencioso delantero:

Había una tuerca algo floja, así que la apreté. También la otra, aunque menos. Al mover el tubo, ya no sonaba nada. ¡Qué alegría me dió solucionar esto!

Después me fui a la parte trasera y descubrí que al mover el silencioso trasero, la abrazadera que lo une con el tubo golpeaba contra el chasis:

Coloqué un trozo de correa con cinta para amortiguar ese ruido, ya que podría ser el que escucho al tomar curvas, cuando el coche se balancea.


Después de esto, al coger el coche, tras recorrer cierta distancia, volví a escuchar el CRI-CRI del escape. Seguramente la abrazadera no estaba bien montada y, a pesar de haberla apretado, las piezas siguen teniendo juego.

Respecto al ruido trasero al tomar curvas, seguía existiendo. No se debe al contacto de la abrazadera trasera con el chasis.

El sábado fui desde Valverde del Camino hasta Zafra con el R5. La primera mitad del recorrido es por carretera nacional, donde iba a unos 80 ó 90 km/h. Mi objetivo era que en los repechos no se viniese abajo. Tenía que anticiparme y acelerar antes de comenzar un ascenso para llevar algo de inercia. Tampoco quería pisar mucho el acelerador para contener el consumo.

Ya en autovía, quise mantener los 120 km/h para no tardar mucho en llegar, aun sabiendo que el consumo se dispararía. Las revoluciones eran de unas 3300 rpm. En los repechos intenté mantener esa velocidad. Y lo lograba. Es cierto que anticipándome y acelerando bastante para que el motor no se viniese abajo. Pero me sorprendió que el coche tuviese potencia suficiente para no bajar la velocidad. Quizás bajaba a 110 km/h, pero poco más.

En recta quise hacer una prueba de velocidad punta. Quería evitar aprovechar alguna bajada, para no engañarme. En llano, logré superar los 140 km/h... Creo que la velocidad máxima de este coche eran 135 km/h, así que era todo un récord. Además, esta velocidad podría ser falsa, ya que el marcador no suele ser muy preciso. Pero comprobé con una aplicación que la velocidad del marcador era la misma que la indicada por GPS.

Cuando llegué, tras haber recorrido 180 km desde que llené el depósito, el marcador estaba en 3/4... Parecía que el gasto no había sido muy alto.

El domingo, a la vuelta, quise ir menos pendiente del consumo. En autovía, de nuevo a 120 km/h. En carretera, mantuve una media de 90-100 km/h. En algún repecho el motor se venía abajo irremediablemente, bajando la velocidad a 80-70 km/h. Entonces, era una gozada sentir cómo el cambio reducía una marcha (a segunda). El motor volvía a tirar con fuerza, las revoluciones subían hasta 3500 rpm y aceleraba con alegría hasta 90-95 km/h. Entonces, para recuperar la tercera marcha, sólo tenía que levantar el pie del acelerador ligeramente, manteniendo esa velocidad ya en tercera y a menos revoluciones.

El lunes llené el depósito con 27 litros. Como había recorrido un total de 364 km, el consumo había sido de 7,4 litros/100. Por lo tanto, efectivamente ha sido menor en condiciones de viaje por carretera y autovía.

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