lunes, 31 de marzo de 2014

Limpieza de conductos de ventilación II

Como ya tenía previsto, he continuado limpiando los conductos de aire para poder montar más adelante el salpìcadero. Primero saqué con una brocha (a modo de mini cepillo) todos los restos que pude desde la entrada de aire por el vano motor. Después, con una bayeta he retirado los restos que ya no podía sacar en seco. La verdad es que después de haber sacado bastante suciedad soplando los conductos, todavía ha salido más, ya que existen huecos a lo largo del conducto, en las uniones de las chapas, que acumulan restos difíciles de extraer. Mojando la bayeta y metiéndola en los huecos, sacaba los restos gracias a la humedad de la bayeta, donde iban quedando pegados.

Tras un buen rato mojando, limpiando y enjuagando, parece que la zona quedó bastante limpia. Sin embargo, la trampilla de salida hacia los pies (lado del conductor), estaba pegotosa y no quedaba limpia por más que le pasaba la bayeta. así que decidí desmontarla. Se trata de una pieza enteriza, que consta de la propia trampilla, una varilla de accionamiento y dos soportes de plástico. los soportes van atornillados con sendos tornillos rosca-chapa con cabeza para llave Torx T30. Una vez sacados los tornillos, hay que desmontar la columna de dirección para poder sacar la pieza completa. Yo lo que hice fue quitar las tuercas de sujeción de la columna por la parte de arriba para sacar la pieza (la columna quedó sujeta por la parte inferior) y después volví a colocarlas.


La trampilla originalmente estaría cubierta por un material poroso, tipo goma espuma, que aislaría del paso de aire cuando la trampilla estuviese cerrada, Además, alrededor del hueco de la trampilla también había restos, por lo que esa zona también tendría material aislante para cerrar todo el perímetro prefectamente, aunque quizás fuesen restos de la propia trampilla. El caso es que dicho material estaba totalmente descompuesto, y esa era la suciedad que no dejaba de salir.

Retiré todos los restos de material de la trampilla. Primero utilicé un cúter para retirar la mayor parte, y después terminé de limpiar la trampilla con un estropajo mojado con agua y quitagrasas.


Viendo cómo estaba esa trampilla, fui a ver cómo estaba la del lado del copiloto. Estaba cerrada y al abrirla, cayeron bastantes restos de suciedad, huesos de aceitunas, cáscaras de almendras... Con la mano estuve retirando todo lo que pude del hueco de esa zona.

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