martes, 11 de febrero de 2014

Abriendo la caja de cambios...

Ayer contacté con la tienda de EE.UU. donde encargué el filtro de la caja de cambios y me dijeron que ya lo tenían en el almacén. Me dijeron que los filtros les habían llegado un poco oxidados, así que les pedí que me enviasen una foto. Efectivamente, tenían mala pinta porque tenían óxido por fuera, pero también parecían tenerlo por dentro... Y eso ya era más grave. Pero al ver la foto, el filtro que aparecía no era el que yo quería (que suponía que era el de mi caja de cambios), sino otro modelo, que pertenece al modelo de caja de cambios automática MB de Renault y es más moderna que ésta.
 
 
Les envié la foto del filtro que yo creía que necesitaba para demostrarles que estaban equivocados, ya que insistían en que ése era el modelo correcto.



La persona que me estuvo atendiendo me propuso cancelar el pedido y yo acepté, resignado a no encontrar el filtro en ninguna parte del planeta (he preguntado en tiendas de diferentes países y en ninguna lo tienen a pesar de ofrecerlo en su página web). Sin embargo, de repente me dijo que le comentaban desde el almacén que lo tendrían en dos días, así que quedamos en que entonces me mandarían una foto para confirmar que es el correcto.

Aun así, después de esa conversación, me entraron dudas acerca de si yo estaba en lo cierto. ¿Y si resulta que el filtro de la caja de cambios no era el que yo pensaba que era? ¿Y si tenían ellos razón? Sólo había una forma de comprobarlo: abriendo la caja.

Así que hoy hemos subido el Lambor en el elevador para, de una vez por todas, ver el filtro de la caja de cambios y, de paso, observar el estado del interior.


Lo primero que hemos hecho ha sido vaciar el aceite de la caja de cambios. Para quitar el tornillo no teníamos llave "de cuadradillo", que es la que se tiene que utilizar en los tornillos de vaciado de cárter de Renault, así que utilizamos una punta plana del maletín, colocándolo en la diagonal del hueco del tornillo para poder aflojarlo sin dañarlo.



El aceite salió muy limpio y con un color rojizo intenso, señal de que no estaba ni quemado ni con restos de suciedad; al menos no con mucha, porque ya se sabe que "a simple vista" no se puede valorar la calidad de un aceite.

No me acordé de colocar una garrafa para medir la cantidad de aceite que salía... Quería haberlo hecho para saber si, efectivamente, había demasiado, aunque el nivel de la varilla lo demostraba claramente.

Una vez vaciado el aceite (aunque no pudimos hacerlo en las mejores condiciones, que sería con la caja de cambios caliente), aflojamos los 16 tornillos del cárter, para después retirarlos con facilidad mientras sujetábamos el cárter para evitar que se cayese. Antes de quitar el cárter, pensamos que sería mejor limpiar toda la zona exterior de la caja de cambios para evitar que se introdujese suciedad. Llenamos la pistola de petrolear con gasolina de la que habíamos recuperado del depósito y "El Yuyu" estuvo limpiándola, aunque no parecía hacer mucho efecto. Sin embargo, en las fotos puede verse que quedó algo mejor.



Al quitar todos los tornillos, el cárter no cayó. La junta estaba "pegada" y el cárter era pequeño, así que "El Yuyu" lo golpeó con un martillo de nylon para despegarlo. Al quitarlo, comprobamos que el tornillo que era diferente al resto y que sospechamos que no era de sujeción, efectivamente era el de comprobación  de nivel. Parece estar demasiado bajo para serlo, pero es que en realidad obstruye un conducto que llega a un nivel más alto de la caja de cambios y, por tanto, marca un nivel más lógico de llenado.

Con el cárter fuera, me sorprendió observar que no existía nigún imán... Normalmente, las cajas de cambio automáticas tienen uno o varios imanes en el cárter que sirven para atraer todas las pequeñas partículas metálicas que se puedan generar y así evitar que vuelvan al interior de los mecanismos mezcladas en el aceite. Comprobamos que el tornillo de vaciado tampoco estaba imantado. Aun así, en el cárter no había sedimentos importantes.



Al dejar el filtro a la vista, estuve inspeccionándolo, y la impresión era que no estaba muy sucio, aunque tampoco es algo que pueda saberse con seguridad, ya que sólo se puede ver una parte del interior del mismo. Supongo que puede ser recomendable cambiarlo, aunque a estas alturas aún sigo dudando si podré conseguirlo.


Dentro todo parecía en orden. No se veían restos de metal ni de suciedad. Por fin pude comprobar que, efectivamente, el filtro es el anguloso (el que yo pensaba) y no el redondeado (el que me querían enviar).

La junta del cárter se partió en una de las esquinas, aunque de todas formas iba a cambiarla. Sin embargo, al intentar retirarla, se quedó pegada parte de la misma en la superficie del borde, por lo que tuve que utilizar una espátula para retirarla. En la zona entre el distribuidor hidráulico y la otra tapa de registro, apenas había espacio para meter la espátula, así que pensé usar un cúter, pero la cuchilla es lateral, por lo que seguía sin tener espacio para trabajar bien. Finalmente hice un útil muy simple: corté un tramo de cuchilla del cúter y lo sujeté con unos alicates con la zona de corte hacia el frente, de manera que podía seguir rascando los restos de junta con facilidad. Sujeté la cuchilla con papel para que no deslizara entre los dientes de los alicates.



Mientras yo estuve quitando los restos de junta, "El Yuyu" estuvo mirando la rueda delantera derecha, que desde que se montó (era la de repuesto), pierde aire y hay que inflarla cada vez que queremos mover el coche. Comprobó que la válvula cerraba bien. Despegó la cubierta para enjabonarla y volverla a pegar, inflándola a 4 bar para que asentara bien. Aún así, seguía perdiendo aire. Entonces se dio cuenta de que el aire sonaba justo por la zona donde había puesta una pesa de equilibrado en la llanta, así que la quitó, desinfló la rueda hasta dejarla a 2 bar y pareció que dejaba de perder.

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