martes, 10 de junio de 2014

Limpiando piezas del motor VIII

Hoy únicamente he tenido tiempo para darle otro repaso al cigüeñal. Esta vez decidí utilizar los discos de cepillo metálico que compré para el taladro, y la verdad es que es mucho más efectivo que frotar... Con el cepillo metálico y el taladro se hace mucha más fuerza que con la "dremel", ya que ésta apenas tiene potencia y se viene abajo cuando existe mucha resistencia. Con el taladro, la carbonilla iba desprendiéndose fácilmente, creándose una polvareda que demostraba lo mucho que se iba limpiando el cigüeñal. Además, el metal iba quedando reluciente. Lo malo era que el polvillo se iba depositando en zonas ya limpias y las volvía mate. Probé a limpiar las zonas por las que había pasado el cepillo con disolvente, pero no quedaba bien. De hecho, cuando el disolvente actúa, crea una capa de suciedad que hay que enjuagar después.

A pesar de la efectividad, seguía siendo un trabajo muy cansado y lento. Además, había zonas a las que no podía acceder por el tamaño del disco. Entonces pensé en utilizar un disco de la "dremel" acoplado en el taladro. Gran idea. De este modo, podía llegar a sitios más estrechos, aunque el cepillo de "dremel" no quitaba tanta carbonilla, al ser más fino.

En las fotos puede verse cómo quedó el cigüeñal. Falta terminarlo y se ve un poco sucio debido a que no lo enjuagué tras echarle disolvente. Pero puede apreciarse cómo se nota la diferencia en algunas zonas entre la parte que tiene carbonilla y la que no. Además, los contrapesos tienen brillo metálico, cosa que antes no sucedía.

 
 

Las herramientas que he usado, tanto los cepillos grandes para taladro como los cepillos pequeños de la "dremel":




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