jueves, 12 de junio de 2014

Limpiando piezas del motor X

Hoy le he dado un buen repaso al interior del bloque y al cigüeñal. Comencé con el bloque, que me llevé con ayuda de la grúa cerca del compresor, para ir soplando el polvo que se forma cuando utilizo el cepillo metálico con el taladro. Estuve dándole a la zona de las camisas, eliminando aún más óxido. Con la pistola del compresor iba soplando el polvo y así podía evitar la acumulación de suciedad y ver los progresos de la limpieza. Si ayer lo había dejado bastante bien, hoy lo dejé impresionante... Apenas quedaron restos de óxido en algunos puntos. Se puede decir que esa zona ha quedado limpia al 90%.


Después tocó darle la vuelta al bloque y limpiar la zona del cigüeñal. Al utilizar el cepillo metálico, esta vez la carbonilla sí que se iba desprendiendo. Creo que una vez que se aplica disolvente, la carbonilla se reseca y entonces el cepillo la puede arrancar en forma de polvo, cosa que antes no era posible (parecía que el metal la había absorbido). Poco a poco fueron apareciendo los resultados. En este caso utilicé también el cepillo metálico con forma de copa, que se adaptaba mejor a las zonas más profundas.

 

Es cierto que el resultado final no es excelente, pero con el taladro no podía llegar a las zonas profundas y los recovecos de los laterales. Se puede decir que esa zona quedó limpia en un 70%. No sé si le daré otro repaso, ya que no es una zona especialmente importante.

Por último, limpié la zona de los cuellos de las camisas.


Me sigue preocupando la zona del árbol de levas. No veo cómo limpiar esa zona y creo que sería conveniente limpiarla, ya que es una zona de lubricación muy sensible.


Después del bloque le tocó el turno al cigüeñal. Se trataba de darle un repaso y limpiar algunas zonas menos accesibles. Estuve dándole con el cepillo pequeño de "dremel" a todos los contrapesos. Quedaron con un aspecto brillante espectacular.


Tenía que limpiar las esquinas de todo el cigüeñal, donde no tendría que ser más cuidadoso para no dañar los apoyos de los casquillos. Además, algunos contrapesos necesitaban un repaso. Utilicé disolvente para ver si así eliminaba el polvillo que se había acumulado en las esquinas... Craso error. Al hacerlo, el disolvente se deslizó por distintas zonas del cigüeñal a las que ya había sacado brillo, dejándolas sucias (al arrastrar polvo) y mateadas... Estuve limpiando las esquinas con cuidado, así como los laterales de apoyo de los soportes y muñequillas.

Está claro que la acción del disolvente es fundamental para poder limpiar. La carbonilla que en principio no sale ni frotando, tras actuar el disolvente sale; frotando, pero sale.

Limpié los extremos del cigüeñal, que tenían zonas con óxido. El piñón aún tenía carbonilla entre los dientes. Con el cepillo pequeño de biberones le di a las roscas de los tornillos, pero no quedaron bien. Tengo que inventar algo.

Aquí puede verse el resultado final del cigüeñal con las esquinas limpias y un repaso de los contrapesos para darles brillo.


Todavía se le puede dar un repasito, pero puede decirse que está al 95%.

Román hizo que me fijase en algo a lo que yo no había dado mucha importancia. Resulta que los asientos de las camisas (zona muy delicada que hay que procurar no dañar para que las juntas de estanqueidad cumplan su función correctamente), tenían una serie de protuberancias que por más que pasé el cepillo metálico no desaparecían. Así que decidí dejarlas. Pero Román me dijo que eso tenía que quitarlo, ya que podría hacer que las juntas se cortaran. Le dije que no se podía quitar, y que era una zona muy delicada para intentar algo más contundente. Así que cogió un destornillador plano y con mucho cuidado, lo golpeó contra una de las protuberancias con ayuda de un martillo. Y la protuberancia salió limpiamente... Así que me toca ponerme a repasar todos los asientos y eliminar esos restos, que yo creo que es óxido recocido y por eso tiene color oscuro y está más duro que el óxido superficial.


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