Como ya conté, logré comprar un colector de escape de segunda mano, debido a que el original quedó dañado al intentar sacar uno de los tornillos que se partió al separarlo del colector de admisión. Pues bien, resulta que el colector de segunda mano TAMBIÉN tiene un tornillo roto y TAMBIÉN había que sacarlo...
Lo primero que hice fue intentar marcar una línea lo más profunda posible para introducir una punta del destorgolpe y así poder aflojarlo. Utilicé un destornillador fino para trazar una línea. Después, con un granete marqué varios puntos y, por último, con el mismo destornillador repasé la línea.
La punta del destorgolpe asentaba medianamente bien, pero al cabo de unos golpes, la línea se agrietó por un extremo y la punta se escapaba...
Así que decidí taladrar el tornillo. Esto fue lo que hice mal en el otro colector, pero esta vez me cercioré muy mucho de que el taladro lo hacía alineado y con una broca adecuada. Además, sujeté el colector de forma que el taladro debía ser vertical, no como la otra vez, que lo tuve que hacer inclinado y eso fue lo que lo echó a perder. El resultado fue muy bueno.
Aun así, el tornillo seguía estando en su sitio. No se había debilitado ni se movía. Pero claro, tampoco tenía cómo moverlo. Lo ideal era utilizar un extractor de tornillos, que roscan en sentido contrario y acaban extrayéndolo, pero del juego del taller, faltaba justo el que yo necesitaba...
Intenté distintas cosas: clavar una punta de destornillador, golpear con un destornillador como cincel, utilizar un macho de roscar para hacer una rosca nueva... pero nada me salió bien. Era complicado trabajar con el orificio en ese estado. Y lo dejé para intentarlo de nuevo en otra ocasión.
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